LA CIENCIA Y LA TECNOLOGÍA EN TIEMPOS KIRCHNERISTAS – Aceptando el convite de los medios dominantes caemos en su trampa. Demasiado Boudou, muy poco de Barañao
La ciencia y la tecnología como pilar del desarrollo nacional
Por Lino Barañao
Luego de 10 años sostenidos de inversión, arduo trabajo y
una firme voluntad política, el aporte de la ciencia y la tecnología al
progreso del país es cada vez mayor, pero debemos seguir avanzando con más
inclusión y más y mejores políticas de recursos humanos para fortalecer estos
logros. Y esa es la dirección en la que apunta Progresar. La ciencia y la tecnología constituyen un pilar
fundamental en el proyecto de país que llevamos adelante, y es por esto que el
Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva apoya fuertemente el
programa Progresar, que incentiva a los jóvenes a continuar sus estudios y a
tener más y mejores oportunidades de sumarse a la economía del conocimiento.
Luego de 10 años sostenidos de inversión, arduo trabajo y una firme voluntad
política, el aporte de la ciencia y la tecnología al progreso del país es cada
vez mayor, pero debemos seguir avanzando con más inclusión y más y mejores
políticas de recursos humanos para fortalecer estos logros. Y esa es la
dirección en la que apunta Progresar. Ya en 2004, el entonces presidente
Néstor Kirchner anunciaba una suba del 50% en los sueldos de los investigadores
del Conicet. Revalorizar su labor fue el primer paso. Desde 2003 se duplicó el
número de investigadores y se triplicó el número de becarios. Actualmente
contamos con casi 8.000 investigadores y cerca de 9.000 becarios. En
2007, la presidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner, tomó la
decisión de crear el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva,
sin lugar a dudas, esto implicó un hito en la historia de la ciencia argentina.
La Presidenta creó este Ministerio para que la ciencia y la tecnología no sólo
tuvieran la jerarquía que se merecen sino que fueran una herramienta para el
desarrollo económico y social. Esta concepción del rol social que cumple la
investigación científica guía cada una de las políticas llevadas adelante por
el Ministerio. El Programa Raíces (Red de Argentinos Investigadores y
Científicos en el Exterior) logró fortalecer una red de vinculación con
investigadores argentinos residentes en el extranjero al tiempo que creó las
condiciones para su retorno. Hoy contamos en el país con 1.030 científicos
repatriados que han vuelto a poner sus investigaciones y sus esfuerzos al
servicio del desarrollo nacional. En 2003, el déficit de infraestructura
para la ciencia argentina era de 120.000 metros cuadrados. Desde 2007,
llevamos más de 45.000 metros cuadrados construidos y 66.000 más se encuentran
en ejecución. Construimos el Polo Científico Tecnológico, primer centro
de gestión, producción y divulgación del conocimiento en Latinoamérica. Es allí
donde se encuentra no sólo la sede principal del Ministerio sino también los
Institutos Internacionales Interdisciplinarios para la Innovación. Estos
Institutos vinculan a la producción local de conocimiento con los grandes centros
internacionales, dando cuenta de una ciencia nacional en plena expansión.
De todos los logros enumerados, creemos que el más importante es el cambio de
paradigma en relación al rol que debe cumplir la ciencia y la tecnología en
nuestra sociedad. En la Argentina del siglo XXI, la ciencia y la tecnología
construyen el puente hacia el desarrollo y por ende, son una herramienta de
transformación social. A los jóvenes que estén pensando en sumarse a
Progresar y continuar sus estudios, queremos decirles que en Argentina hay una
gran cantidad de carreras técnicas relacionadas con profesiones que tienen
“desocupación cero”. Un ejemplo claro son las carreras relacionadas con el
desarrollo de software, dado que la cámara que agrupa a estas empresas declaró
recientemente que en 2013 quedaron 5.000 puestos de trabajo sin cubrir por
falta de recursos humanos calificados.
Por este motivo el Ministerio creó el
portal www.estudiarcomputación.gob.ar. En muchas
otras carreras técnicas, como las relacionadas con las telecomunicaciones, la
meteorología, la geología y prácticamente todas las ingenierías ocurren
situaciones similares: a quienes completen sus estudios los esperan puestos de
trabajo bien remunerados y grandes oportunidades de crecimiento profesional y
personal.
Progresar: la juventud es protagonista
Por Emanuel Alvarez Agis
Las
políticas de la última década deben analizarse enmarcadas en escenarios donde
el Estado reasume un rol central, promueve la protección social y busca la
ampliación de derechos, siempre con el objetivo de lograr una sociedad más
igualitaria e inclusiva.
En esta línea, surge el
Progresar, que es un escalón más en la construcción de un piso de protección
social sólido y elevado que comenzó a ampliarse en 2003 con la puesta en marcha
del modelo de crecimiento con inclusión social. El programa tiene como
principal propulsor el empleo, considerado el principal integrador social y las
políticas sociales. Así, se ha recuperado el rol activo y central del Estado
como actor que debe garantizar la protección de la población, donde las
necesidades son concebidas como derechos sociales y el propósito por ampliar el
piso de protección social se encuadra en una búsqueda de justicia social.
En la configuración de este modelo de crecimiento con inclusión social, los
límites entre política económica y política social se desdibujan. Muchas
medidas aplicadas en materia de políticas sociales y de ingresos tienen un
claro objetivo social, pero también persiguen un claro objetivo macroeconómico.
El foco se encuentra en la generación de un círculo virtuoso donde, a través
del empleo y las políticas de ingresos, se impulsa el consumo y con ello, el
mercado interno. De esta forma, se
estimula la inversión y la producción y se dinamiza la industria que, a través
de la generación de nuevos puestos de trabajo, impulsa nuevamente el empleo
reiniciando el círculo virtuoso. En este marco las políticas de ingresos son
tanto política social como política económica. Algunas de las políticas
que tuvieron este objetivo son el Plan de Inclusión Previsional, la Asignación
Universal por Hijo, la Asignación por Embarazo, el Conectar Igualdad, la
construcción de escuelas y universidades, entre otras. Hoy se agrega el
programa Progresar, que reconoce que la juventud ha sido un sector de la
población postergado y que es el Estado el que debe lograr su inclusión a
través de la equiparación de oportunidades. Es sobre la base de este
reconocimiento, de que todavía hay muchos chicos con empleos precarios, que
están desocupados o que no están estudiando, que surge este programa,
procurando que los jóvenes permanezcan en el sistema educativo o vuelvan a
estudiar para dotarlos de herramientas que les permitan formar su propio
proyecto de vida. Esta postergación de la juventud como sujeto de
derecho tiene sus raíces en la década del ’90, que marcó a esta generación a
través de la relación que sus padres tuvieron con el mercado laboral
caracterizada por la flexibilización, la desocupación, la precariedad laboral y
el desmantelamiento de los sistemas de protección social. Las políticas
llevadas a cabo desde 2003 mejoraron sensiblemente las condiciones sociales y
laborales de la población, con una reducción de la pobreza, de la desocupación
y de la informalidad laboral. Sin embargo, los jóvenes muestran un mayor
desempleo, más informalidad y menores salarios que los adultos; este problema
no es local, sino que es una problemática universal. La última crisis económica
mundial puso en evidencia la mayor vulnerabilidad que presentan los jóvenes con
respecto a los adultos en momentos de merma de la actividad económica. De
acuerdo a los últimos datos publicados por la OIT, se estima que en 2013 más de
70 millones de jóvenes se encontraban desempleados, 3,5 millones más que en
2007. A escala mundial, los jóvenes tienen casi el triple de probabilidades que
los adultos de estar desempleados. A pesar de este escenario desalentador, la región
y Argentina en particular mostraron una mejora a partir de 2010, cuando la tasa
regional de desempleo juvenil recuperó su trayectoria descendente ubicando a
Argentina entre los países con menor tasa de desempleo juvenil. Esto se
fundamenta en el marco económico que brinda este modelo que, desde 2003, viene
desarrollando políticas que generan impacto real procurando que las grandes
crisis tengan un efecto negativo moderado y evitando que repercutan en los
sectores vulnerables de la población. Esto se logró también con la ampliación
de la protección social alcanzada a partir de la superación del esquema
contributivo tradicional de la Argentina, que excluía a parte de la población
de estos beneficios. De este modo, se cambió el perfil de la protección social,
hacia una concepción más inclusiva, basada en un enfoque de derechos. Por
otro lado, es importante apuntalar a las mujeres jóvenes en los procesos de
inserción laboral por ser un actor doblemente vulnerable ya que, a las
dificultades de acceso al mercado de trabajo por su juventud, se suma la
desigualdad de género en la materia de oportunidades, todavía hoy existente. En
este sentido, el programa apunta a fortalecer la reinserción educativa de
aquellas mujeres que dejaron sus estudios a partir de un entramado de
contención asociado a las Unidades de Cuidado Infantil del Ministerio de
Desarrollo Social de la Nación. El Progresar surge y avanza para seguir
ampliando el piso de protección social, continuar profundizando y garantizando
la inclusión social de todos los sectores vulnerables y para seguir impulsando
el círculo virtuoso: la mejora en los ingresos, en la oferta educativa, y la
calidad de vida de estos jóvenes y sus familias, sumados a los efectos
macroeconómicos sobre el nivel de crecimiento económico, son todos factores que
impulsan el desarrollo de nuestro país. Este suplemento refleja la gran
articulación interministerial que puso en marcha la política, visibilizando el
rol de nuestros jóvenes como sujetos de derecho y agentes de cambio para el
futuro de nuestro país, por lo que nuestro compromiso es fundamental con todos
ellos. A 128 años de la declaración del día del trabajador, Progresar
acompaña a todos los jóvenes trabajadores de la Argentina en su proyecto de
vida, sobre la base del conocimiento, promoviendo una juventud comprometida y
protagonista de su desarrollo, porque como dijo Néstor Kirchner “Cuando la
juventud se pone en marcha, el cambio es inevitable”.
Qué ciencia ni que ciencia, a laburar! Esto de la inversión en Ciencia es plata tirada, si todos sabemos que está comprobado científicamente que la ciencia no soluciona los problemas de la sociedad, ni contesta las grandes preguntas del hombre, como de donde venimos y hacia donde vamos. Dejemos los numeritos y los frascos de laboratorios para los estadounidenses y los europeos, y nosotros a alimentarlos!
ResponderEliminarahora entiendo muchas cosas de Dorrego, el por qué sacan a una estatua de la virgen cuando no llueve, el por qué hacen pogo en la Sociedad Rural, el por qué todavía muchos no se han enterado que los turcos conquistaron Constantinopla, el por qué la palabra "Industria" genera urticaria en los radicales...igual todavía no voy a entender por qué no están quemando libros u las obras de arte ( que tienen amontonadas en un salón del museo) en la Plaza Central...
ResponderEliminar14.33 también se entiende por qué está quién está al frente de cultura
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