Thomas Piketty, un economista que convulsiona al mundo político... y no bajo de Sierra Maestra....Los gurús vernáculos ya lo comenzaron a odiar antes de leerlo




por Marcelo Zlotogwiazda para Revista 23



Nouriel Roubini es uno de los economistas que más brillan en el firmamento mediático internacional, luego de que anticipara la crisis que estalló en el Primer Mundo en 2008. Si se lo busca en Google aparecen 593.000 resultados. Joseph Stiglitz es Premio Nobel y uno de los preferidos por Cristina. Su nombre entre comillas en el buscador arroja 602.000 aciertos. Con Paul Samuelson, ya fallecido y autor del manual más leído en la materia, el número sube a 665.000. Con Amartya Sen, el Premio Nobel indio que teorizó sobre bienestar y pobreza, las respuestas son 711.000. Gary Becker, que también fue Premio Nobel por sus aportes sobre capital humano desde la Universidad de Chicago, supera por poco el millón de resultados en el buscador. Robert Schiller, el último Nobel, llega a 1.120.000. Y Paul Krugman, que además de Nobel es columnista estrella de The New York Times, alcanza 1.870.000 respuestas.
Si en la ventana de Google se escribe Thomas Piketty, en 0,28 segundos aparecen 11,5 millones de resultados. 

Ningún economista en por lo menos los últimos cincuenta años ha logrado la repercusión que este francés de 43 años logró con su libro El Capital en el Siglo XXI. Para tener dimensión cuantitativa del fenómeno, además de los números de Google, lidera hace varias semanas el ranking de best sellers de Amazon y solamente en mayo pasado The New York Times publicó sesenta artículos al respecto. 

La Pikettymanía no es sólo mediática. Su libro ha convulsionado el mundo académico y político como pocos en la historia. Sintéticamente, la tesis es que si el capitalismo sigue funcionando en las condiciones actuales la concentración de la riqueza y la desigualdad seguirán aumentando, debido a que la tasa de ganancia del capital es mayor que el crecimiento de la economía. No se trata de una pura lucubración teórica. Es la conclusión que el autor obtiene en base a una monumental investigación empírica sobre la evolución histórica de la distribución del ingreso en varios países del mundo que viene realizando junto a otros tres economistas y que en esta columna se comentó en septiembre del año pasado (http://veintitres.infonews.com/nota-7402-economia-Una-gran-desigualdad.html) y en enero de este año (http://veintitres.infonews.com/nota-8136-economia-La-grieta-principal.html).
Dado el diagnóstico, Piketty propone que los países coordinen la aplicación de fuertes impuestos a los altos ingresos, al capital y a la herencia. Ideas que han generado lo que Krugman definió “The Piketty Panic”, título de una de sus varias columnas dedicadas al tema. El último ejemplo de la reacción conservadora al revulsivo fue la de Wealth-X, una firma con sede en Singapur dedicada a proveer de información y servicios a los ultra-ricos, es decir, a las personas con un patrimonio neto superior a los 30 millones de dólares. (Según el relevamiento de esa consultora, en el mundo son 167.669, de los cuales 1.040 son argentinos, que acumulan una fortuna de 140.000 millones de dólares.)

La nota, titulada “Wealth-X responde a El Capital en el Siglo XXI de Piketty”, sostiene que “los súper-ricos que han surgido en esta era son self made man. Fueron educados e hicieron sus fortunas mejorando, modificando y en muchos casos revolucionando la manera de acumular riqueza. Actualmente, dos tercios de los hombres más ricos del mundo son self made man”. Los datos de Piketty son bien distintos: estima que la fortuna de al menos seis de cada diez personas que están en el 10 por ciento más rico de la población deriva de una herencia.

Wealth-X se apoya en otros argumentos ideológicos. Sostiene, entre otras cosas, que “las soluciones de Piketty pueden detener el crecimiento porque no sólo reduciría las oportunidades de negocios de los que ya disponen de capital, sino que también quitaría incentivos para los que aspiran a obtener una parte de ese capital”. Y agregan, muy cándidamente, que la filantropía de los ultra-ricos es una mejor alternativa que aumentarles la carga tributaria.

Nada menos que Christine Lagarde, la directora gerente del Fondo Monetario Internacional, acaba de contradecir el razonamiento de Wealth-X. En una disertación que realizó el pasado 27 de mayo, durante una conferencia en Londres sobre “Capitalismo Inclusivo”, afirmó: “La desigualdad está aumentando. Y considerando que la desigualdad no es particularmente apropiada para el crecimiento sustentable, es un tema que debemos observar con cuidado, y tratar de abordarlo de modo de mantener la estabilidad y la sustentabilidad de las economías”.

En esa conferencia esponsoreada por la Fundación Rockefeller y la Fundación Ford, y en la que también expusieron el príncipe Carlos, Bill Clinton y el presidente del Banco de Inglaterra, Mark Carney, la titular del FMI describió la situación de desigualdad de la siguiente manera: “Las 85 personas más ricas del mundo –que caben en un micro de doble piso– suman más riqueza que la mitad más pobre de la población, es decir que 3.500 millones de personas”. Esa comparación fue elaborada por la ONG Oxfam y figura en la nota de enero pasado antes citada.

A propósito del FMI, el Gobierno presentó como un gran logro que el acuerdo para cancelar la deuda con el Club de París no incluye a la institución de Washington como auditor de su cumplimiento. El 18 de noviembre de 2010 en esta columna se publicó una nota titulada “Triunfo simbólico sobre París”, que decía lo siguiente: “En cuanto a la negociación de los más de 7.000 millones de dólares de deuda con los Estados que conforman el Club de París, el Gobierno exhibe como un ‘triunfo’ que los acreedores hayan aceptado como posibilidad que el dinero se pague en cuotas sin que el FMI avale y supervise la operación. Es indiscutible que se trata de un triunfo, si se lo entiende como el logro de una excepción a la regla del Club de París que supedita las refinanciaciones al control del FMI. Pero se trata de un triunfo simbólico, ya que en la práctica nada importante sucedería si el Fondo interviniese. A diferencia del pasado, cuando el FMI imponía ajustes como condición para desembolsar créditos destinados a cubrir desequilibrios fiscales o externos, ahora no se trata de recibir préstamos sino de cancelarlos, con una macroeconomía que está sólida. ¿Qué podría reprochar hoy una misión de técnicos llegados de Washington? Que el Indec miente. Es verdad. Pero nada cambiaría si el Fondo atacara con algo que aquí es archirreconocido por todos menos el Gobierno. Y si por eso no avalara el acuerdo, el Club de París no cobraría. Cuesta imaginarlo”.

De todas maneras, los triunfos simbólicos no carecen de valor. El gobierno puede exhibir la fortaleza de haber conseguido imponer el criterio de despreciar al justamente demonizado FMI, algo que el kirchnerismo supone que suma capital político.


Comentarios

  1. que casualidad una nota que hablaba de un economista bla bla bla al final era otro palo al gobierno

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  2. No creo que sea tan así. Zloto siempre ha sido crítico pero siempre ha exhibido mesura. De todos modos la nota se centraliza en Thomas Piketty. Acaso algunas cosas estén cambiando en el mundo económico.

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  3. Jajaja este Piketty es un marxista con traje de neokeynesiano. La receta para dejar de ser pobre es sencilla: laburar, agachar la cabeza y laburar. En pocos días emitiremos un comunicado denunciando y refutando cada tesis de este franchute maximalista.

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  4. Educador de gorilas7 de junio de 2014, 18:40

    "...la receta para dejar de ser pobre" El tema es que Piketty no representa a los 'pobres', sino al ciudadano medio del occidente desarrollado cuyo nivel de vida esta siendo desmantelado. Hasta los 90s, en las sociedades desarrolladas como la norteamericana y la europea, no existia la estratificacion de clases que siempre hubo en paises como el nuestro: Ricos> Clase alta> Clase media> Clase baja> Pobres> indigentes. USA y Europa tenian una sociedad con un acceso generalizado a altos estandares de vida (estado de bienestar). Eso se empezo a desarmar a partir de mediados de los 70's con la privatizacion de servicios asegurados por el estado y en la decada pasada exploto. Hoy tenes yankis durmiendo en la calle con sus familias, europeos sucidandose por la falta de opciones. Mientras un 1% de hijos de puta hizo pelota el equilibrio financiero del sistema capitalista.

    Esto que vivimos no es 'capitalismo', es anarquia criminal. Las naciones desarrolladas estan siendo ROBADAS sistematicamente por un 1% de LADRONES.

    En el 'norte' hay una estafa financiera muy conocida bajo el nombre de "Pyramid scheme" (Estafa piramidal), la cual es ILEGAL Y PENADA CON LA CARCEL. Consiste en reclutar 'inversores' que a su vez reclutaran otros que les 'devolveran' su inversion y asi hasta el que el sistema se caiga y la ultima linea de 'reclutados' se quedan sin nada, mientras los que estaban al tope de la piramide de 'inversion' hace rato que se esfumaron.
    En USA esa estafa se conoce bien, lo que hizo Piketty es demostrar que este neo-capitalismo globalizado funciona exactamente asi, por donde lo mires queda expuesto el mismo esquema. Una piramide donde los que anidan en el tope acumulan la produccion de la sociedad que la conforma. Una enorme base social que 'invierte' su capital con la 'promesa' de llegar alla arriba y solamente estan cimentando el sistema de acumulacion hereditaria de los que hegemonizan el tope de la piramide. Es UNA ESTAFA PIRAMIDAL, y Piketty al exponerlo en el IDIOMA en el que habla el mundo desarrollado capitalista dio en el clavo, y por eso el 1% esta cagado. Son LADRONES, juegan sucio y en USA el que juega sucio y con cartas marcadas termina cagado a tiros.

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  5. Y si, es como cuando el capitalismo se adjudica la matriz de los inventos, cuya gran mayoría se han generado en departamentos científicos o militares estatales que luego el mercado toma y adorna.

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  6. Capitalismo: Una historia de amor (2009) (DOCUMENTAL COMPLETO)8 de junio de 2014, 7:23

    http://youtu.be/CvydwaPhvLs

    En ese documental de Moore se explica perfectamente lo que señala Piketty. Hubo un tiempo en que Estados Unidos era capitalista, aquellos dorados 50, cuando el sueño americano era real. Una realidad capitalista donde los trabajadores podian tener su casa, su auto, una jubilacion, sin mandar a trabajar a sus esposas, sin mendigar en los bancos, sin hipotecar sus casas y sus tierras.
    Ese capitalismo norteamericano podia sostenerse gracias a la accion distributiva de un gobierno por y para el pueblo. LOS MAS RICOS DEBIAN PAGAR IMPUESTOS DE HASTA EL 90% DE SUS INGRESOS. Porque obviamente, si un empresario ganara 1millon de dolares mensuales, todavia con el 10% (100mil dolares) seguiria ganando 90% mas que un ciudadano de clase media. Estados Unidos era un pais de logica, de justicia social, de progreso. Hasta que la 'libre empresa' y el 'libre mercado', tumbaron al capitalismo. Ronald Reagan un analfabeto de telenovelas pedorras fue puesto en la presidencia por sus patrocinadores corporativos para de un saque cortar sus impuestos a la mitad. Ese fue el fin del capitalismo, el fin del sueño americano.

    Hoy no hay mas capitalismo en norteamerica, lo que hay es la ley de la selva, la injusticia entre los hombres. No hay ley, no hay gobierno, no hay democracia. El presidente y el sistema politico se han transformado en titeres de las corporaciones, algo que aca vivimos como nunca en los 90's.

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