CARTA ABIERTA DE UNA MILITANTE SOCIALISTA AL PSOE. BIEN PODRÍA SER, MODIFICANDO LA SIGLA, CARTA ABIERTA DE UN SOCIALISTA A HERMES BINNER Y SU INVISIBLE MANO MERCANTIL…
Carta abierta a las y los socialistas
republicanos y antineoliberales
Por Ana Barba Primera secretaria de Alternativa Socialista, responsable de las áreas de
Mujer, Medio Ambiente y Ciencia.
Conocemos
a muchas personas que, siendo socialistas democráticos y de izquierdas cabales,
siguen en el PSOE. Otras y otros lo hemos abandonado ya, o bien nos hemos
desinteresado sin importarnos nuestra situación en el mismo y sin aceptar su
disciplina.
Nuestra
actitud crítica, ya sea dentro o fuera del PSOE, responde a un compromiso con
las ideas fuerza del socialismo de origen marxista, de clase y comprometido con
el ideal republicano, tanto como concepto político de combatir el dominio de
los poderosos sobre las clases trabajadoras y populares, como de cambio de
régimen, con una jefatura de estado elegida democráticamente y responsable ante
la ley, que en el caso del Estado español signifique el fin del súbdito y el
surgimiento del ciudadano. Una república federal, plurinacional y
pluricultural, que reconozca los derechos totales de los pueblos que la
conformen. Una Constitución nueva que reconozca los derechos sociales, blinde el sector público
y permita la construcción del socialismo en libertad.
El
PSOE, desde hace ya muchos años, sólo provoca disgustos y frustraciones,
incluso vergüenza en excesivas ocasiones, a las personas socialistas.
Socialistas que queremos el reparto de la riqueza, la defensa de la naturaleza
y el medio-ambiente, los derechos sociales, un poderoso sector público que
controle en beneficio general todos los servicios a la ciudadanía y la
producción estratégica, la soberanía popular y el control democrático real del
pueblo sobre sus instituciones. Nos
importa la economía social, una economía al servicio de las mayorías y no en
beneficio de las minorías. Buscamos una profunda
regeneración democrática que acabe con los corruptos y quienes han consentido
estas prácticas, se han beneficiado de ellas o han permitido la continuidad de
personajes corrompidos y caciquiles en cargos públicos. Trabajamos, en suma,
por un proyecto de transformación social, por la igualdad y la justicia desde
el socialismo democrático, proyecto que el PSOE abandonó hace tiempo.
Pero
creemos que hay más. Vivimos una profunda crisis social motivada por una crisis
capitalista, tanto financiera, como de producción y una creciente
desindustrialización. Una
globalización injusta y neoliberal que está provocando millones de víctimas
inocentes tanto en España como en el resto del mundo.
Los millones de paradas y parados, así como personas en riesgo de exclusión
social y personas empobrecidas, están sufriendo el egoísmo y la depredación de
las viejas, pero siempre poderosas, oligarquías. Pero igualmente denunciamos la
colaboración necesaria con ellas y sus beneficios por parte de los diversos
gobiernos de turno. En este sentido, las cúpulas del PSOE han contribuido a
esta situación, mediante reformas laborales y de los sistemas de pensiones y el
total descontrol sobre la banca privada, cuando no un apoyo descarado a sus
intereses. También han colaborado en la bancarización de las Cajas de Ahorros,
la desindustrialización o las privatizaciones y la venta de patrimonio público,
tanto industrial como de servicios, a empresas y grupos privados para que estos
hagan negocio con bienes creados por el pueblo y el Estado, contribuyendo a la
desposesión de las clases populares.
Los
dos últimos mandatos de Felipe González y los gobiernos de Zapatero, se
distinguieron por la adopción de medidas desreguladoras, privatizadoras y
negativas tanto para el sector público, como para la ciudadanía, acabando con
la Banca Pública. Una Banca Pública que funcionaba bien y en cuya privatización
y desmoche, tanto González, como Aznar y Zapatero son equiparables. A los
hechos, los decretos y las hemerotecas nos remitimos para efectuar estas duras
pero tristemente ciertas afirmaciones.
El
PSOE, preso de una oligarquía profesionalizada, ligado a bancos, grupos de
información e interés y aliado en ocasiones con sectores de la oligarquía, es
parte del sistema y del entramado económico-político, que tiene como clave de
bóveda a la monarquía y al monarca como garante del pacto social no firmado,
pero férreamente sostenido. El PSOE nunca votará en favor de nada que ponga en
peligro el sistema y el régimen.
Es
justo reconocer que ha habido aportaciones positivas, sobre todo en materia de
derechos civiles, construcción de una administración más moderna, protección
social, pensiones, educación y salud públicas, principalmente en los primeros
años de gobiernos socialistas. Sin embargo, esto se construyó en base a las
privatizaciones y no al fomento de unas clases obreras industriales
cualificadas o trabajadoras con derechos estables y sueldos dignos que pudieran
mantener las prestaciones sociales. El peaje para ingresar en la Unión Europea
a la larga ha sido demoledor. Finalmente y para acrecentar el sufrimiento de
las clases populares, se reformó el artículo 135 de la Constitución, poniendo
los intereses de los bancos y los fondos tenedores de la mal llamada deuda
pública por encima de los de las personas y lo público.
Muchas
y muchos de nosotros durante años hemos criticado la deslocalización y los
cierres industriales, las privatizaciones y la corrupción. Hemos dado la cara,
nos hemos ido con dolor, pero sabiendo que era lo mejor. Otros habéis
continuado luchando dentro. Pero sin conseguir cambiar el rumbo de un partido
que con los años se ha ido tornado cada vez más liberal.
¿Qué
os invitamos a pensar y a hacer?
El
pueblo en 1982 venció las elecciones, pero le fue arrebatada la victoria.
Muchas cosas que se esperaban no llegaron y el régimen se consolidó.
En
estos momentos estamos también ante una situación de quiebra y crisis de
régimen. Ante esto, las personas socialistas podemos hacer dos cosas, o
apuntalar el PSOE y legitimarlo propiciando que, mediante algunos cambios
cosméticos pactados con el PP y el rey, mantenga el injusto sistema al que ha
derivado la errónea gestión de lo nacido en el 78, o bien estar junto con las
fuerzas destituyentes y por un cambio democrático real. O bien estamos con las
clases populares en marcha, o nos quedamos con el establishment y la corona. O
estamos por el reparto, o seguimos sosteniendo lo que queda de un estado del
bienestar en crisis, cada vez más reducido. O estamos con los que apoyan el
TTIP y los tratados EE.UU-UE que van a arruinar todavía más nuestro tejido
productivo, los derechos sociales y laborales, o nos situamos, de verdad, o con
quienes se enfrentan a la globalización neoliberal y la resistencia frente a
las políticas de la Troika.
Desde
el respeto y la comprensión, seguir en el PSOE legitima todas esas políticas
que ahora el PSOE propone. Y, admitámoslo, los cambios son imposibles, pues es un partido sistémico cuyas
cúpulas están copadas por socioliberales.
Es
por eso que creemos que, desde la izquierda, la socialdemocracia de clase y
consecuente, el socialismo transformador, la lucha de clases y la
profundización en la democracia, hemos de construir una alternativa socialista
al servicio de las clases populares, por el reparto de la riqueza y por la
República.
Hemos
de construir juntas y juntos un Partido Socialista que, desde la herencia
marxista y desde la socialdemocracia histórica, implemente el ecosocialismo, la
defensa de la madre tierra, sabiendo que mientras domine el capitalismo, el
mundo camina directo hacía su destrucción, mediante el cambio climático,
desastres ambientales y un consumo suicida de hidrocarburos. Pero también un
mundo sin derechos, libertades o dignidad en el trabajo, la enfermedad o la vejez.
Con una democracia cada vez de peor calidad.
El
socialismo, su historia y su aportación intelectual y de acción al movimiento
obrero español y a la causa antifascista, no merece su disolución. Nuestra
tradición no merece diluirse en algo por inventar y totalmente ajeno a la
tradición socialista. Tenemos derecho a la existencia propia, tal y como deseó
Pablo Iglesias, y somos capaces de contribuir a potenciar y darle credibilidad
a un frente amplio, democrático y participativo, por el cambio real, desde el
socialismo.
Hay
ideas, hay izquierdas y derechas. Las derechas no renuncian. Nosotras tampoco.
Vencer a los dominadores exige no solo vencer unas elecciones. Los que hemos
estado en el PSOE o estamos todavía en posiciones críticas dentro de él, sabemos que ganar solo unas
elecciones no sirve para nada. El poder lo tienen otros.
Por eso sin un fuerte
tejido social y partidario, sólido y convencido, que resista embates y se
enfrente de una vez a la oligarquía, no hay nada que hacer. Hacen falta esas
ideas y esas ilusiones. Tenemos que ilusionar, convencer
y tener un proyecto de futuro. Y ese proyecto, es el socialismo democrático. El
socialismo.
Para
construir el proyecto socialista hacen falta socialistas organizadas que
rescaten el socialismo para las clases trabajadoras y populares. Os invitamos a
construir esa fuerza. Algunas y algunos ya estamos trabajando en ello. Hemos
levantado un proyecto, hemos creado un partido, Alternativa Socialista
www.cli-as.org, pero lo hemos hecho pensando en tener un foco de resistencia,
trabajo, colaboración y en crear el polo socialista de la unidad popular frente
al neoliberalismo y el régimen. Dado que ya estamos presentes en los procesos
de los Ganemos, las Marchas de la Dignidad u otros elementos deconstituyentes
en marcha y por tanto, ofrecemos nuestra presencia a todas las personas que se
sientan socialistas y quieran trabajar por la unidad y la transformación
social.
No
pretendemos el monopolio de nada, ni protagonismo, más allá de estar ya dando
la cara en nombre del socialismo. Tenemos voluntad de hablar, de pensar, de
reflexionar y hacer algo juntas y aportar nuestra corta pero ya rica
experiencia fuera del PSOE, no para hegemonizar, sino para construir juntas y
juntos.
Invitamos
a reflexionar, hablar, actuar y construir.
Pero…
tenemos muy poco tiempo.
Fuente: Diario Público
Comentarios
Publicar un comentario