Santiago Gómez, Miradas al Sur
En su última intervención en Carta Abierta, el
Director de la Biblioteca Nacional, Horacio González, reflexionó acerca de la
orden de votar en blanco, la diferencia entre ordenar y persuadir, y la
operación contra Jozami. Invitó a discutir con la Presidenta.
Durante la última asamblea de Carta Abierta, el
Director de la Biblioteca Nacional, Horacio González, reflexionó acerca de la
idea militar de conducción del peronismo. “Con orgullo acepté la orden de
Madrid de votar en blanco”, afirmó. González reflexionó sobre la diferencia
entre ordenar y persuadir. Hizo a referencia a que Perón hablaba de persuasión,
la cual era producto del paso del campo militar al civil. También se refirió a
la rotunda respuesta que recibieron las expresiones sacadas de contexto de Jozami
y manifestó su deseo de no sacar de contexto estas.
La exposición de González fue una crítica a las
formas del kirchnerismo, a su modelo de conducción, aunque dijo comprender la
coyuntura en el que se dan las órdenes. González afirmó desconocer que existiera
una orden de votar en blanco y que “no acataría cualquier orden, si las
hubiera, con sentido y con significado profundamente histórico”.
Visita de Cristina a Edward Snowden en Moscú:
“Fue un gesto fundamental ir a visitarlo, porque es la cúspide de la forma
ultima del capitalismo contemporaneo: el capitalismo informático. De la
información como parte del dominio y de la orden, siendo que no parecen ordenes
las que recibimos mientras consultamos la computadora. Pero hay órdenes
encubiertas ahí que definen qué calidad de sujetos somos al consumir lo que
consumimos.
Consumimos, fundamentalmente información.
“Hay en las acciones del kirchnerismo, digo
acciones que las distingo de operación, muchos restos de operaciones, porque
vivimos en una sociedad llena de operaciones. Clarín se está arruinando no
porque lo ataquen de afuera, se ataca a sí mismo por una suma de operaciones
internas con todos sus periodistas haciendo operaciones”.
“Recuerdo una vez que fuimos a la Casa Rosada y
Alberto Fernández nos dijo de Lousteau: es un muchacho joven que comete
errores. No es lo que dice ahora, una peculiaridad de la política, decir
siempre palabras diferentes, con las que después lidiamos para ver cómo nos
desdecimos de ellas, que es un poco lo que ocurre acá, en función de las
intervenciones que escuchamos. Es el drama del político, no hay por qué no
reconocerlo ni por qué no salir de él con elegancia, con fidelidad hacia la
capacidad que a veces tenemos de ser infieles. Eso lo admito. Lo que no
admitiría es seguir un camino que veo con preocupación que toman muchos de las
fuerzas más vivaces que sostienen esta experiencia de gobierno. No me gusta
habar con slogans, no me gusta decir profundizar, no me gusta decir el modelo,
el candidato es el proyecto, mucho menos me gusta decir el kirchnerismo es el
nombre que el peronismo tiene hoy. Yo creo que no. Revisar profundamente el
peronismo es nuestra tarea. Profundizar es la tarea, diría Baglietto (risas)”.
“Profundizar la oportunidad labrar historia
permanentemente. (…) de una forma no ritualista, ni legendaria, de refrescar
algo que sabíamos pocos, los soldados que murieron en el techo, los civiles
manejando batería, todo eso son micro historias en la gran historia que debemos
comprender, respetar, reactualizar, para saber si acierta la frase de que
kirchnerismo hoy es el nombre que tiene el peronismo. Yo creo que no, pero
tampoco se explicar muy bien qué otras cosas más tiene. Porque si la
Presidenta, máxima representante de esta experiencia, acude a fórmulas que
tienen sortilegios, pero son antiguas, por ejemplo decir que va a haber una
Jefa de Estado, una Jefa del Movimiento, me parece una fórmula poco
conveniente, me parece que hay que buscar fórmulas mejores. Ojala que no me
recorten esta frase, no es una frase para ser recortada, sino para ser
comprendidas sin recortes. Son fórmulas que para la complejidad y
heterogeneidad de la sociedad argentina no es conveniente. La responsabilidad
de Cristina, que es enorme y seguirá siendo enorme, es buscar fórmulas mejores
para fundamentar el papel que va a seguir cumpliendo en la Argentina. El papel
que vamos a seguir respetando, aceptando, y que también tendrá que tener en
cuenta discusiones como estas. (…) En otro momento yo seguiría una orden, como
seguí aquella del voto en blanco, con orgullo, la orden de Madrid. No veo esas
órdenes hoy. No acataría cualquier orden, si las hubiera, con sentido y con
significado profundamente histórico”.
*Publicado en APU
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