Los planetas se le alinean a Scioli




CARLOS VILLALBA para Miradas al Sur



Durante miles de años, mujeres y hombres observaron el movimiento de los planetas tratando de orientar sus propios desplazamientos vitales. Según la leyenda, los alineamientos planetarios predijeron acontecimientos trascendentales, relacionados con el bien o con el mal o, incluso, con hechos tan vitales como un casamiento o hasta un asesinato.
En las últimas jornadas y contra las previsiones de los astrólogos de la política nacional, se produjo un alineamiento de variables que parece configurar el escenario de las últimas cuatro semanas previas a las elecciones presidenciales del 25 de octubre próximo.
Apenas un mes atrás, los agoreros del fracaso afirmaban que los planetas se habían “alineado contra Scioli”, la misma noche que Juan Manzur se imponía por 12 puntos al macrismo y aliados en Tucumán y el candidato del Frente para la Victoria festejaba en medio de escándalos por la tardanza en el conteo de votos y denuncias por la quema de urnas que, en realidad, provocó el propio antiperonismo provincial. El ambiente de “fraude” estaba instalado.
El 9 de agosto, fueron las PASO nacionales, en las que Scioli también ganó, con 9 puntos y casi 2 millones de votos de ventaja sobre Macri. Ese día, como los que siguieron, llovió sin parar; buena parte de la provincia se inundó y el gobernador candidato tuvo que salir a pelear contra el ambiente de descontento que genera un desastre de esas características, contra el uso político de sus adversarios que calzaron botas y denuncias y, también, contra los diarios que definen la agenda informativa que consume el grueso de los argentinos.
Una de las plumas más afiladas de los medios dominantes habló de una “maldición de los elementos” alineados en contra del gobernador: primero el agua, después el fuego. Linda metáfora, aunque los hechos mostraron que nada tiene que ver con la real realidad.

Eclipse de mentiras


Los medios de comunicación tienen mucho peso sobre el pensamiento social, influyen en las decisiones de la gente, no cabe duda. Sin embargo, la realidad –siempre– tiene más incidencia que cualquier tabloide o sábana, que todas las emisiones de radio o de televisión. Y la realidad actual –mucho mejor que la de hace doce años–, con sus puestos de trabajo generados, con la inversión y la inclusión social, con la ampliación de derechos y las posibilidades generalizadas de consumo, tiene más influencia que cualquier corte de pollerita por TV o que las famosas portadas de los medios que hasta alardeaban de voltear gobiernos.
Y en los últimos diez días eso parece haberse hecho sentir. El “clima” cambió, los vientos se voltearon y las cuitas se trasladaron al campamento en el que ondean los banderines amarillos del PRO.
Una hoja de ruta esquemática de las penurias de Mauricio Macri, su partido y su candidatura podría resumirse de la siguiente manera:
El “escándalo Niembro”, terminó por copar la agenda informática, además de la interna del PRO, hasta que obligaron al candidato presidencial a torcer su brazo, soltarle la mano al periodista deportivo y, peor aún, a dejar a María Eugenia Vidal a la intemperie y sin la voz que sabía manejarse con los medios, que había aprendido los tres o cuatro ejemplos puntuales con los que lograba impostar suficiencia bonaerense.
La sangría, de todos modos, no se cortó. La ruta de las irregularidades siguió hasta contaminar al candidato macrista a diputado nacional por la provincia de Buenos Aires Eduardo Amadeo, por embolsar facturas de la Ciudad por $4,5 millones entre 2005 y 2015, por tareas adjudicadas a sus propios “institutos de investigación”, a través de contratos no siempre publicados en el Boletín Oficial. El nombre del ex massista entró en el bolillero y siguió perforando la imagen y la confianza de muchos de los seguidores del ingeniero boquense.
Los “tiros al muñeco” macrista, por sus actos de corrupción no se interrumpieron. Crece el caso de Ramiro Tagliaferro, esposo de Vidal, candidato a intendente de Morón y “Director Asociado de Poliarquía Consultores” y desde 2012 uno de los propietarios de la empresa. Nada fuera de lo legal, salvo las contrataciones de servicios por parte de la Ciudad, que serían semejantes a las que envolvieron a Niembro en la trama del formato PRO de financiación de su campaña y sus cuadros.

Tucumán y Chaco


El realineamiento positivo de los planetas hacia el sector sciolista no sólo fue empujado por la pérdida de imagen y voto del macrismo tras comprobarse los mismos manejos que adjudicaban a otros. Recibieron el empuje de las ráfagas triunfantes de las victorias electorales de Tucumán y el Chaco.
El primero, producido hace largas semanas, que fuera trabado legalmente por el macrismo provincial, con apoyo del propio jefe partidario, cuando hasta el masismo había reconocido la amplia victoria de Manzur. Finalmente, la Corte tucumana destruyó los motivos de la “cautelar” opositora y la resolución de un tribunal no pertinente. Las dilaciones terminaron golpeando contra los propios impugnadores, un bumerán que les pegó en la confiabilidad.
En el caso del Chaco, la provincia en la que el Frente para la Victoria se distanció muchos cuerpos de la oposición en las PASO y que fue sospechada a cuenta de un fraude imposible, teniendo en cuenta que es uno de los distritos mejor organizados en términos electorales, con los organismos de contralor en manos de la oposición. El resultado del pasado domingo 13, con ventaja clara del FpV e inevitabilidad del reconocimiento de la oposición conjunta, terminaron con la lógica perversa de “fraude provincial + fraude provincial = fraude nacional”. No hubo trampa.
Después llegaron las encuestas.

Números y medidas


La primavera, que se olvidó de llegar en tiempo y forma, además de lluvias, vientos y preocupaciones por las consecuencias que pueda traer el comportamiento del fenómeno de “El Niño” en el Pacífico, que termina en diluvios en tierras argentinas, trajo el impacto de los resultados de múltiples encuestas presentadas, como en las últimas semanas, obviando los 10 puntos de diferencia de Scioli sobre Macri y centrándose en las décimas que le sobran o le faltan a Scioli para arrasar y ganar de una en octubre.
Si se hacen las proyecciones correspondientes y se genera un escenario formal, con las mismas condiciones que el electoral, para tres de los sondeos la fórmula Scioli-Zannini supera el 40% y la dupla Macri-Michetti no llega al 30, llegando en uno de los casos a estar por encima del 42,5%. La empresa que mide para Massa, también pone al FpV más de 10 puntos por encima de Cambiemos, aunque sin llegar al imprescindible 40%.
En la insondable provincia de Buenos Aires, en la medición más seria realizada a un mes de los comicios que decidirán quién será gobernador con un voto, sin porcentajes ni necesidad de segundas vueltas, la dupla Fernández-Sabbatella ya está 8 puntos por encima de la que encabeza María Eugenia Vidal, con un Felipe Solá que los mira muy de atrás.
Si faltaba una frutilla a la torta de comienzo de último mes de campaña, Daniel Scioli hizo sus aportes en el arranque oficial de la campaña. Primero en Mar de Plata, después en la porteñísima calle Corrientes, donde aprovechó las instalaciones de uno de los teatros tradicionales para puntear, una a una, las herramientas que utilizará en su gobierno para darles continuidad a las políticas de los últimos años, con sus agregados, su impronta y sus decisiones, que se resumen en una sola frase: “Crecimiento económico sostenido con pleno empleo y trabajo de calidad, distribución del ingreso y mejor calidad de vida para cada argentino”.
Prometió una inflación de un dígito, inversiones fuertes para desarrollar los complejos energéticos y agroalimentario, la minería sustentable, la ciencia y la tecnología en el país y un plan de 250.000 viviendas anuales.
Al cerrar su discurso decidió citar a un prócer del compromiso y la cultura, Héctor Germán Oesterheld, el historietista y literato –detenido desaparecido, al igual que sus cuatro hijas–, quien nunca creyó “en el héroe solitario sino en el héroe en grupo”. El candidato presidencial del Frente para la Victoria aprendió la frase; sus acciones dirán si su “proyecto colectivo” profundiza el camino iniciado el 25 de mayo de 2003.



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