La suerte y un dólar en la
billetera
para
Miradas al Sur
Durante años, vaya uno a saber con precisión desde cuándo (aunque
debiera rastrearse en algún momento en los años de la dictadura), comenzó la
cábala de poner un billete de un dólar en la billetera. “Trae suerte” se
repetía en el boca a boca, para que, en poco tiempo, millones de billeteras
argentinas incorporaran esa extraña e incomprensible tendencia a confiar su
suerte guardando un billete norteamericano, que debía ser plegado en tres
partes y de manera determinada, para que produzca efecto.
Con ese dólar en las billeteras, que muchos todavía mantienen
guardados, se pasaron crisis económicas, devaluaciones, pérdidas de puestos de
trabajo. Sin embargo, sigue ahí, guardadito, como última expresión de aferrarse
al sueño verde.
Los beneficiarios de esa suerte no llegaron a esas billeteras, sí,
en cambio, a las de los pocos que, concentrando y especulando, no guardaban un
dólar sino que los acumulaban en cuentas en el exterior, donde iban a parar los
miles de millones de dólares.
Y así, mientras el billetito, con el paso de los años se va
arrugando, envejeciendo, muchos todavía persisten en el fetiche verde, que va
acompañado de la estampita de San Cayetano y la imagen de la virgencita de
Luján, conformando la trilogía de la buena esperanza en el bolsillo o la
cartera del caballero o la dama.
El valor del tipo de cambio ha pasado a tomar un lugar central el
último tramo de la campaña electoral, pasando a interesar no sólo a los grupos
concentrados y agroexportadores, sino también a buena parte de la población.
Por eso, dentro o fuera de las billeteras, el dólar continúa causando una
cautivante fascinación para millones, millones que, aunque el dólar cueste 10,
12 o 20 pesos, no pueden comprar, y sin embargo, el valor del dólar se cuela
hasta en la cola del verdulería, donde se puede escuchar, quien afirme con
contundencia, que el dólar oficial a 9,60 no da para más.
Gran parte de la discusión sobre los dos modelos de país que se
plebiscitan se reduce, en muchas ocasiones, al valor que cada uno de ellos le
dará a la moneda norteamericana.
Y quien así lo impone no es
casual, es el candidato de la alianza Cambiemos. La propuesta macrista de
dejarlo librado al mercado y la de Daniel Scioli de mantenerlo regulado por el
Banco Central, tendrán un efecto opuesto para el salario y las jubilaciones de
los argentinos. Y no habrá billetito que salve. En esta extraña fascinación por
la moneda estadounidense, talismán criollo con pretensión de conjurar las
desventuras económicas y de la prosperidad de cada uno de sus portadores, se
esconde todavía una batalla por ganar, otra más, entre tantas.
Fuente:
Miradas al Sur
¿Por qué rompen tanto las bolas contra Macri, que no es santo de mi devoción, y no ensalzan las virtudes de Scioli? ¿Será por qué hizo una desastrosa gestión en la Provincia? ¿Será por qué es un insecto político pero no les queda otra que votarlo porque nadie les mide más que el? Si fuera kirchnerista estaría pensando en armar la estrategia para ser opositor y marcarle la cancha desde el vamos a Macri y no caer en chicanas inútiles y en inocular ridículamente miedo en la sociedad. ¿O será que CFK no quiere que gane Scioli para especular con una pronta caída de Macri y seguir teniendo la hegemonía dentro del peronismo?
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