Maestros del blues. Julian Sas y algunos renglones que presagian el posible final de la novela





Como poeta busco un romance pasional entre los sentidos y la inteligencia, estableciendo una orgía literaria mágica. Acaso por eso nadie está interesado en publicarme, convengamos que comercialmente, fin último de las editoriales, no es rentable tan elevada inversión. De alguna manera esa es la razón por la que acepto el soborno de María de los Ángeles. Como cuenta Julio Cortázar en Rayuela: “La violación del hombre por la palabra, la soberbia venganza del verbo contra su padre llenaban de amarga desconfianza la meditación de Oliveira, forzado a valerse de su propio enemigo para abrirse paso hasta un punto en que pudiera licenciarlo y seguir hasta una reconciliación consigo mismo y con la realidad que habitaba”. La dama es mi enemiga y me valgo de ella hasta poder reconciliarme con aquel que fui antes de caer en el ámbito de sus fantasmales oscuridades


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