La inquisición fue una institución JUDICIAL creada por el
pontificado en la edad media, con la misión de localizar, procesar y sentenciar
a las personas culpables de herejía (personas y grupos que cuestionaban o interpretaban de otro modo la fe).
En el orden primitivo la pena habitual por
herejía era la excomunión. Los herejes empezaron a ser considerados enemigos
del Estado, sobre todo cuando habían provocado alteraciones del orden público.
Los inquisidores se establecían por un periodo definido de semanas o meses en las plaza central de las aldeas, desde donde promulgaban órdenes solicitando que todo
culpable de herejía se presentara por propia iniciativa. Los inquisidores
podían entablar pleito contra cualquier persona sospechosa. Los acusados
estaban obligados bajo juramento a responder de todos los cargos que existían
contra ellos, convirtiéndose así en sus propios acusadores. El testimonio de
dos testigos se consideraba por lo general prueba de culpabilidad. Hasta aquí la definición histórica de
aquel formato. (Fuente: http://www.mgar.net/)
No observo, lo mencionado muy diferente a las prácticas
actuales de la justicia argentina. Creer en otros formatos sociales, en otro
tipo de orden económico, y militar políticamente por ello es suficiente razón
para ser estigmatizado como hereje al orden establecido y en consecuencia un
peligro social que es necesario domesticar o encarcelar. El poder judicial ha
logrado en un año, como aquella institución medieval, cercar al campo de las
ideas de manera taxativa. El bien y el mal han quedado establecidos
jurídicamente desde el fundamentalismo ideológico y nada parece que puede perforar tan nefasta
lógica. Estamos en las vísperas de una restauración inquisidora que no va a
cejar en su intento de eliminar esa supuesta herejía que pone en discusión el
orden natural que ha determinado esta nueva jerarquía social encabezada por las
corporaciones. Los inquisidores vienen por nosotros, y no tan solo por nuestros
derechos, como mencionó Cristina, sino también por nuestras intenciones,
sueños, deseos, locuras, libertades, miedos, angustias y sobre todo por
nuestros pensamientos. Desean eliminar de plano todo concepto de equidad y de
inclusión ensuciando tales paradigmas con todo tipo de operaciones para
luego proceder en consecuencia,
encarcelando, torturando y si es necesario matando. Es probable que nuestros
líderes sean los primeros en caer, pero tras ellos, nosotros cual fichas de
dominó, seremos derrumbe sin solución de continuidad hasta que la soberbia les
indique que la tarea está cumplida.
En lo personal acepto con resignación el reto de los tiempos
inquisidores y le pongo el cuerpo y mi pluma, no tengo más, me hubiera gustado otro futuro. Es lo que nos tocó. Estarán
aquellos que ante la situación decidan abandonar por razones y circunstancias
que no me competen analizar y menos juzgar, no soy inquisidor. Pero tengo claro
que el enemigo hoy posee todas las barajas valiosas del mazo prestas a ser disparadas, que en condiciones normales no podemos vencer en la partida, de
manera que solo nos queda la imaginación, la tenacidad, la valentía, la
voluntad y la convicción como puntos de partida para la lucha. Una lucha que
observo en tonos bermellón, con lagos y meandros de coágulos, con lágrimas y con dolor, una lucha que lejos
está de tener garantía de victoria, ni en el corto ni en el mediano plazo, una lucha que nos compromete como seres sentipensantes si verdaderamente deseamos ser la
conciencia de una época ignominiosa.
Nunca salimos de la Inquisición, está mas viva que nunca.
ResponderEliminarSomos de la hermandad del santo helicoptero enviamos mensaje de libertad desde el futuro a tu subconsiente mientras duermes.
ResponderEliminarAnalizando tus sueños lograras liberarte de los de la hermandad del mega gato, recuerda todo es una trampa todo lo que es, es lo que es y también lo contrario, solo habrá libertad cuando los billonarios ya no gobiernen.