El álbum del alumno bonaerense del Intendente Raúl Reyes. La estupidez no tiene techo en Coronel Dorrego
http://ladorrego.com.ar/2017/02/04/barcelona-acuso-al-gobierno-de-reyes-de-romper-la-veda-electoral/
Acabo
de recibir el folletín del cual hace referencia el Dr. Osvaldo Barcelona en la
entrevista que oportunamente le hiciera la AM 1470 La Dorrego. El lema es
"mas que mil palabras", haciendo clara alusión a las imágenes que se
exhiben en dicha papeleta. Es claro el concepto de Cambiemos y va en
consonancia con el "eje" Nación, Provincia, Municipio. El acting
fotográfico por sobre el concepto, el análisis, el pensamiento crítico y la
palabra sentipensante. Un álbum de fotos que el Intendente se está armando para
su posteridad heráldica pero que a poco de rascar cada una de ellas se
advierten los magros sepias que perviven de fondo. A saber se exponen obras de
asfalto, lo que no se muestra es su correlato en la praxis, ergo el vecino
abonando la carga pública de esa obra, aún en programas en donde los fondos
provinciales provienen de partidas no reintegrables. Vale decir las pagamos dos
veces para que las arcas burocráticas y electorales del condado no sufran
daños. Tristemente no se vislumbran en el folleto las enormes deficiencias
médicas existentes. Acabo de enterarme que no hay servicio de urología en el
distrito, ni publico ni privado. Convengamos que fotografiar dicha escena
atentaría contra el pudor y no quedaría bien lastimar los ojos de tan
distinguida prole. Tampoco está fotografiada la plantilla de médicos que
atienden en la Unidad Sanitaria de José A. Guisasola los fines de semana, acaso
la timidez conspira y prefieren ocultarse tras la fronda que se encuentra
delante de la nunca inaugurada Sala de Rayos, lugar que ha soportado en sus 8
años de no vida cuatro pedido de informes jamás respondidos. Tampoco figuran
las inmundicias que por comunes y corrientes ya forman parte del paisaje. La
podredumbre que emerge cual germinación por entre los recovecos de los silos
bolsa que se hallan en medio del ejido urbano, el basural a cielo abierto,
postal que debemos asumir como autóctona y todos los desperdicios acumulados en
calles y cordones que la planta cerealera local, y a instancia del gobierno,
nos obsequia a diario como premio a nuestra molesta presencia. El álbum no
exhibe a la ciudadanía bebiendo agua de la canilla, Ni en la ciudad cabecera ni
en Oriente, pero sí a un Intendente en compañía de una Gobernadora Vidal oronda, papel higiénico
en mano, luego de haber parado en el distrito para un ritual tan derecho como
humano, orinar, para luego sacarse unas fotos con la monada. Reuniones y más
reuniones que nada dicen, por eso las imágenes valen lo que las palabras no
pueden explicar, la inconsistencia de la selfie, el efecto que causa un tipo
posando ridículamente, mirando al sudeste ante un cordón cuneta o ante un lomo
de burro, y la cámara siempre presta, porque no hay que perder detalle, es
necesario invisibilizar que el 40 y el 60 por ciento de aumento de tasas por
servicios mal prestados o no prestados no se instalen como tema, allí las
palabras cuentan por eso son reemplazadas por las imágenes. No hay fotos de los
desocupados, de los excluidos, aquí me tienen si me necesitan, de la veintena
de comercios cerrados en el 2016, de la siesta diaria dorreguense de cinco
horas, estado de espera y paro general, apatía de la cual nos enorgullecemos y
que otros compatriotas en distintos lugares del país subsidian. Tampoco del
pobre y casi dantesco Sector Industrial Planificado, todo un eufemismo, por lo
de industrial y planificado. Menos aún los empleados municipales formales que
tuvieron el infortunio de recibir aumentos salariales muy por debajo de la
inflación y ni que hablar de aquellos que se hallan dentro de la irregularidad,
con contratos basura desde hace años, vecinos que resultan carne de cañón
negociable entre sindicalistas y funcionarios, formato laboral inhumano que se
establece bajo el dogma: “no jodás que tengo veinte afuera esperando por tu
puesto”...
Y
volvamos a la salud, mientras se inauguran banales estacionamientos, ínfima
victoria por colectora, vayamos a las
guardias del hospital en donde no veremos las fotos del director de Salud y del
director del Hospital debiendo cubrir una grilla médica de urgencia debido a
que los profesionales huyen despavoridos
del sistema público distrital por ausencia de inversión en la materia.
Funcionarios
que cobran y deben desarrollar tareas con otras complejidades se deben hacer
cargo de sus propias inoperancias. Que se vean en la obligación de hacerlo no
los salva de sus horrores como gestores.
Disiento
con el Dr. Osvaldo Barcelona. No es criticable el folleto propagandístico
per-se, incluso me tiene sin cuidado su intento preelectoral fuera de fecha, es
común que tal cosa suceda sobre todo en estos tiempos. Lo que me parece es que
sin desearlo el oficialismo abrió una caja de Pandora con él. Deconstruir su
vulgaridad con política. Nada le impide a la oposición real, la única,
diagramar una refutación del mismo tenor, pero con fotos y argumentos, y
distribuirla, para que los ciudadanos del distrito, en cada pueblo, en cada
paraje, tengan un acabado fresco de la realidad, para que esas imágenes
oficialistas de cotillón tengan el sustento de la dialéctica política, una
herramienta que el oficialismo solamente utiliza ante interlocutores que jamás
los pondrán en aprietos intelectuales. Justamente Osvaldo Barcelona y los demás
dirigentes opositores del campo nacional y popular deben transformar este
folleto con más de cien mentiras en más de cien o de mil palabras, en más de cien o de mil motivos, como dice Sabina, para no cortarnos de un tajo las venas..
Don Sala, por lo menos el folleto no tiene el escudo Radical ni los colores de Cambiemos..
ResponderEliminarUn Urólogo a la derecha. Dorrego hace años que es una asociación ilícita en donde la vulgaridad es lo máximo a lo cual podemos aspirar. Recuerdo cuando hace unos años usted escribió que la vulgaridad era nuestro único lujo. Lo felicito. Cuando quiero saber qué pasa de verdad en mi Dorrego me meto en su blog. Aunque cada vez me cuesta más porque lamentablemente me importa menos. Saludos
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