De cómo se puede lograr la hegemonía con apenas el 30% del poder popular y el 100% del poder real...
Macri:
diferencia entre Poder y Hegemonía
El
régimen de poder del neoliberalismo ha logrado desconectar el malestar
económico-social de cualquier modalidad emergente de un proyecto transformador.
Los políticos macristas son mediadores intercambiables que cuentan con esa
maquinaria neoliberal capaz de producir nuevas formas de subjetividad. En este
sentido es que el macrismo es una variante del poder neoliberal y no una
hegemonía.
Por Jorge Alemán para La Tecl@ Eñe
Son los distintos
analistas que a partir del triunfo electoral se interpelan por la
eficacia de la cultura macrista y especialmente por su eficacia política. En
muchos casos se suele insistir en que la oposición es negligente y descuidada a
la hora de desentrañar la lógica de dominación macrista. Según esta vertiente,
las burlas y las críticas de nuestro "bando " no toman en serio
ni como corresponde, el funcionamiento del dispositivo macrista en sus
verdaderos alcances. Describamos algunos de estos aspectos y su posible
eficacia.
1) El clima de contemporaneidad
que rige su escenografía, discursos plagados de sintagmas de la autoayuda, un
régimen de stand up generalizado que apela permanentemente a las
potencialidades del "individuo", músicas livianas, cuerpos de
bicisendas, calidad de vida new age, etc . Alentando siempre la idea de que lo
"otro" es arcaico y ya abandonado por la historia.
2) El "funcionamiento en
equipo" que a su vez no borra las individualidades, el estilo
descontracturado de permanente progreso donde fracasar es imposible y
donde la Capital Federal es la caja de resonancia perfecta para este espíritu
de los tiempos.
3) La Señora Vidal, tal vez su
máximo capital simbólico, de apariencia virginal, despojada de todo
interés personal y de toda referencia a la interpretación política y
siempre amenazada por lo oscuro de fuerzas terribles: las mafias y el narco,
que tienen como condición para mantener su potencia amenazante el no ser nunca
nombradas en su especificidad.
4) La permanente preocupación
por el dolor de los otros, el sufrimiento que esto les procura y la apelación a
inventar actividades emprendedoras para como lo suelen explicar los manuales,
aprovechar la desgracia para reinventarse en una nueva actividad exitosa.
No obstante estos gestos que
consolidan la idea de que la clase media es el vector que unifica y estabiliza
a la nación está siempre asediada por lapsus, deslices en la enunciación y
distintos gestos y fórmulas de desprecio clasista que permiten el retorno de lo
reprimido, retorno que revela un arcaico y antiguo rechazo por lo popular. Son
los puntos de fuga del dispositivo macrista.
Pero la tesis que nos
proponemos defender es que esto no procede de una inteligencia macrista ni de
asesores ultra especializados que saben manipular a las masas en su favor.
Son los propios dispositivos
del Neoliberalismo, su régimen de Poder, el que ha producido una novedad a
escala mundial. Una novedad que ha tardado sin embargo mucho tiempo en
prepararse, como suele ocurrir siempre con las novedades.
Esta novedad consiste en haber
logrado desconectar el malestar económico- social de cualquier modalidad
emergente de un proyecto transformador. Dicho en otros términos, el
Neoliberalismo es una mutación del Capitalismo donde la relación con la Causa
está rota hasta nuevo aviso. O en términos marxistas “las contradicciones"
no son ya operativas. En este horizonte hay una "mala noticia”, la
maquinaria capitalista logra como lo indica la palabra “Dispositivo” poner todo
a disposición, contaminando a la política con lo que llamaríamos
“ultrapolítico", a saber: infiltrando a la política clásica con fenómenos
identificatorios, fantasmáticos. Estos fenómenos se captan mejor cuando se
observa el exterior constitutivo del macrismo: el espectro kirchnerista y sus
equivalencias metafóricas en Venezuela y el Populismo.
A la “hipermodernidad"
macrista la amenaza un futuro que viene del pasado: la experiencia nacional y
popular. Toda su supuesta contemporaneidad sobreactuada cruje cuando
vislumbra que el proyecto popular no está muerto. Entre otras cosas, porque la
verdadera experiencia moderna y republicana aconteció bajo el kirchnerismo.
Los políticos macristas son
mediadores evanescentes e intercambiables que cuentan con jugar con la
corriente a favor de una maquinaria neoliberal con una potencia en la
producción de nuevas formas de subjetividad, que encuentra su ejemplo mayor en
aquellos que son capaces de atentar contra sus propios intereses por odio hacia
los otros. En este aspecto el macrismo es una variante con su propia
especificidad, del poder neoliberal y no una hegemonía.
La Hegemonía siempre se
construye con lo que "no hay ", con el vacío como punto de partida,
por ello nada va a "volver" y está todo por reinventar. Su condición
primera es no tener como punto de partida el régimen de dominación
neoliberal y por tanto verse obligada a construir con fragmentos una voluntad
contra hegemónica. Algo bien diferente del poder homogeneizante de la
maquinaria capitalista. Ardua y desigual tarea si se tiene en cuenta el
dispositivo mediático -judicial a disposición de la trama neoliberal.
Fuente:
Comentarios
Publicar un comentario