Hermanadas: Aquellas derechas quebrantaban la democracia en nombre de la democracia, esta derecha quebranta la república en nombre de la república..












Parecidos de familia

Por Mario de Casas, Ingeniero civil. Diplomado en Economía Política, con Mención en Economía Regional, FLACSO Argentina – UNCuyo para La Tecl@ Eñe


Desde diciembre de 2015 no hay dudas de que en Argentina gobierna la derecha. Mario de Casas sostiene que teniendo en cuenta los hechos producidos por Cambiemos y la experiencia histórica de la derecha argentina, las diferencias del gobierno de la alianza gobernante respecto de expresiones anteriores no son sustanciales.

Ya en diciembre de 2015 el triunfo del macrismo en las urnas disparó debates en torno a la naturaleza del gobierno. Desde entonces, una sucesión de hechos que lo han tenido por protagonista más o menos directo, ha dejado algo fuera de discusión: no hay dudas de que gobierna la derecha. En base a esos mismos hechos y a la experiencia histórica, sostengo que no son sustanciales -ni mucho menos- sus diferencias respecto de expresiones anteriores que entran en esa categoría.

En efecto, aquellas derechas quebrantaban la democracia en nombre de la democracia, esta derecha quebranta la república en nombre de la república.

Aquellas violaban los derechos humanos en nombre de la “libertad”, ésta los desconoce con la complicidad de la “república”.

Aquellas violaban la Constitución sustituyéndola directamente por la fuerza, ésta ignorando su contenido o sometiéndolo a aviesas interpretaciones.

Aquellas arrasaban con el Poder Judicial, ésta subordina una parte importante hasta convertirla en su apéndice.

Aquellas reprimían con el aparato militar, ésta reprime con las fuerzas de “seguridad”.

Aquellas cometían fraude o secuestraban las urnas; ésta, cuando pierde, denuncia fraude o intenta alterar los resultados.

Aquellas manipularon la Historia para legitimarse. Así, impusieron la educación colonial ocultando la lógica histórica de las causas que orientan la vida colectiva de una nación, suplantándola por anécdotas, personajes y figuritas condecoradas. Ésta perfecciona la maniobra con la inestimable ayuda de las nuevas tecnologías.

Aquellas cimentaron el atraso y la dependencia del país y las provincias bajo la conducción política y económica de Buenos Aires; una y otra vez pusieron de rodillas a la Argentina ante las potencias imperiales: la endeudaron y ahogaron la investigación científica y el desarrollo industrial. Ésta está consolidando con éxito la misma tarea.

Aquellas denunciaban como causa de la pobreza los vicios de los trabajadores, o elevaban al rango de “teoría” la necesidad de la pobreza; ésta la atribuye a consumos que -estima- no corresponden a los pobres, promete “pobreza cero” pero aplica sin desmayos la teoría que conduce a incrementarla.

Aquellas silenciaban por la sola opinión, ésta es más tolerante: por ahora silencia sólo a quienes investigan y producen información veraz que la compromete.

Aquellas conculcaban derechos mientras promovían el acatamiento a creencias y valoraciones afines a sus intereses de clase, maniobra ideológica que ocultaban a través de instancias impersonales como la educación primaria, secundaria y universitaria, o de fórmulas genéricas y virtuosas como “libertad de prensa”, “educación libre”, “sindicalismo libre”, etc. Ésta, sobre la base de esa herencia ya consolidada, conculca derechos intentando ocultarse tras un crudo cinismo.

Aquellas cultivaron la estrategia de dividir al campo popular estimulando la defección de algunos “dirigentes”, ésta rinde tributo a ese legado.

Aquellas difamaron y persiguieron implacablemente a sus opositores reales en la persona de todos y cada uno de los líderes populares, con una ferocidad proporcional al peligro que constituía el Movimiento nacional. Ésta hace lo mismo con la activa participación de sus congéneres: los medios hegemónicos, los servicios y una parte del “republicano” Poder Judicial.

Aquellas asaltaban el Estado para blindar sus privilegios y hacer -escandalosos- negocios, ésta gana elecciones para hacer lo mismo.

Aquellas atribuían las violencias que ellas mismas generaban a las consecuentes reacciones populares, ésta hace lo mismo.


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