Autocríticas
– Por Luis Bruschtein, Periodista de Página 12
Fuente: La Tecl@
Eñe
Luis Bruschtein reflexiona en esta nota sobre las causas de la derrota
del gobierno popular en Argentina, que no se agotan en la autocrítica. Las
experiencias regionales, las medidas de transformación y la sustentabilidad de
esas medidas, son lineamientos centrales para un análisis más amplio.
Cuando hablan de la derrota electoral del
2015, algunos sectores del peronismo confunden autocrítica con psicoanálisis.
Si la autocrítica es para saber lo que se hizo mal, la lista es larga, pero
puede no estar directamente relacionada con la derrota
electoral. Las discusiones internas por disputas de poder,
revanchismo, pase de facturas y acusaciones, creación de enemigos internos, de
buscar chivos expiatorios o asumir como propia la visión que tiene la derecha
sobre temas como la corrupción o el autoritarismo, ya sea por oportunismo o
derrotismo, lo que producen es dispersión y desmoralizan porque forman parte
del escenario de derrota que le interesa a la derecha. Si se quiere saber la
razón por la que se perdió hay que apuntar hacia otros enfoques. Sirven las
experiencias de los demás gobiernos populares de la región.
Dos de ellos, en Ecuador y en Brasil, pudieron
ganar por poca diferencia las elecciones gracias al peso que pusieron en juego
los liderazgos originales de esos procesos, Rafael Correa y Lula. Pero el
resultado fueron dos gobiernos débiles. El de Lenin Moreno, que sucumbió a las
presiones de las corporaciones mediáticas y del capital concentrado, y el de
Dilma Rousseff que fue desplazada por un golpe mediático parlamentario. En
Venezuela, Hugo Chávez delegó el gobierno en Nicolás Maduro, que estuvo a punto
de ser derrocado en el marco de una crisis profunda en la economía por el
derrumbe de los precios internacionales del petróleo. Maduro tiene el respaldo
de las Fuerzas Armadas, un dato que no es menor. Pero desde el punto de vista
de la estrategia, Maduro pudo zafar del escenario de violencia callejera
desestabilizadora que le planteaba la oposición dirigida desde Miami, para
imponer su propio escenario con la creación de la Asamblea Constituyente. Y,
por otro lado, logró recuperar a los sectores humildes que habían desertado en
la votación parlamentaria anterior donde había sido derrotado. Retomó la
iniciativa cuando parecía que lo tenían arrinconado.
Evo Morales hizo entrar en el siglo XXI a un
país como Bolivia, donde la gran mayoría de la población es indígena y donde
nunca antes hubo un presidente de ese origen. Es uno de los pocos países de la
región que mantiene la economía fuerte pese a la crisis internacional. Y aun
así, la especulación del MAS es que, aun cuando la derecha no tiene candidato
claro, si Evo no es candidato, no están seguros de ganar las elecciones. La
derecha le hizo perder el referéndum con una campaña mediática sucia y obstruyó
el camino para su reelección. Cuando parecía que estaba resignado a elegir un
reemplazante, consiguió que la Corte lo habilitara y descolocó a la derecha.
Evo será el candidato y tiene la victoria asegurada.
Desde la izquierda, e inclusive desde algunos
sectores peronistas, explican el fracaso de los gobiernos “populistas” por la
no realización de “cambios estructurales”. En el caso del kirchnerismo, las
nacionalizaciones de YPF, AYSA, Aerolíneas, más la re estatización de las
jubilaciones, la AUH, las paritarias y otras medidas, fueron cambios
estructurales. De todos modos, es una explicación simplista. La URSS hizo todas
las reformas estructurales posibles, con un gobierno que tenía la suma del
poder y las sostuvo durante más de 70 años. Y sin embargo, en menos de diez
años fueron revertidas. Las empresas estatales pasaron a los miembros de la
“nomenklatura”.
Esa burocracia, de la que salió la actual
burguesía rusa, fue generada por la forma cerrada de gobierno. En democracia,
cada medida de cambio estructural requiere consensos ultra mayoritarios porque
afectan intereses poderosos, lo que explica el surgimiento de liderazgos
fuertes con gran capacidad de convocatoria. Y los grandes consensos son
necesariamente impuros. La pureza está en las sectas cerradas que se vuelven
testimoniales. La pureza tampoco es el problema. El campo popular juega con
esas cartas.
Ese es un plano del debate. Por supuesto que
hay otros enfoques de autocrítica, en áreas donde se actuó con sectarismo o
burocratización, en medidas que se enunciaron y no se pudieron implementar, en
población vulnerable a la que no se pudo llegar. Estos problemas existieron,
pero no fueron la razón de la derrota electoral porque el impacto de las
acciones positivas de los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner es mucho más
fuerte que el de las negativas. Son dos planos diferentes de discusión y debate
y, si se los mezcla, en vez de encontrar soluciones se profundizan los
problemas.
Frente a dificultades complejas no hay
soluciones simples. En los dilemas de sucesión y reafirmación de liderazgos, de
democratización de la información, de no dejarse arrastrar a escenarios que
plantea la derecha, de mantener la iniciativa en la disputa de poder y en crear
escenarios favorables que surjan de grandes consensos, parecieran estar las
respuestas para el laberinto en el que quedaron los movimientos populares
latinoamericanos. Son lineamientos generales, pero de allí pueden surgir vías
para la acción, incluso las que se requieren desde el llano, para frenar la
destrucción de los avances que se lograron en los gobiernos populares.
La
sustentabilidad es el otro problema de las medidas de cambio. El proceso en la
URSS demostró que hasta los cambios estructurales de raíz pueden ser
revertidos. La opción sería mantenerse en el poder eternamente, pero la URSS
demostró que eso tampoco es posible. La única posibilidad que queda, entonces,
es que la sustentabilidad de esas medidas no dependa solamente de mantener el
poder o el gobierno, sino también de la forma en que se estructura la defensa
de esos logros cuando toca estar en la oposición. Esa previsibilidad debería
formar parte de una estrategia que se desarrolle incluso desde el momento en
que se toman esas medidas de transformación. Son lógicas en las que el factor
tiempo y los procesos culturales pasan a tener mucha importancia, igual que la
postulación de nuevos escenarios institucionales y la construcción de nuevas -o
readecuación de las viejas- herramientas de tipo sindical, social y político.
Me gusta el planteo es un diagnostico acertado , pero en el último párrafo cuando habla de la URSS le pifia , en los modelos populistas latinoamericanos un grupo de poder esquilma beneficios, derechos y aspectos legales que atienen y beneficiaban en forma obvia a la mayoría de la gente, en el caso de la URSS creo que la gente estaba necesitando un cambio . No es comparable por que se pasa de un sistema a otro
ResponderEliminarComparemos con otros países pongamos como ejemplo ciertas democracias mas o menos exitosas , como hacen estos países para que los cambios de vientos políticos no erosionen derechos básicos ¿?
Si compararíamos con un péndulo podríamos que la oscilación en Latinoamérica es agitada , violenta y voraz
En los otros países existen mecanismos de diversa índole que impiden esa oscilación ( como efecto negativo podemos decir que nunca va a haber un cambio estructural dramático revolucionario)
Cuales son esos mecanismos bueno habría que estudiar a fondo , yo solo puedo nombrar ejemplos puntuales.
Por ejemplo en cuanto a presupuestos de obras de infraestructura o planes de vivienda o proyectos de fundamental importancia se dispone de la posibilidad de instalar Fondos fundacionales asignados a ese singular proyecto y no puede ser cambiado sin un consenso importante (digamos 2/3 de las cámaras o acuerdo de todas las provincias o algo por el estilo)
Limitación de los Decretos de ejecutivo que son los principales catalizadores de cambios dramáticos antipopulares
Limitación a la venta de patrimonio del estado en forma salvaje y dramática, favoreciendo de ser necesario o conveniente la venta parcial de acciones de ciertas empresas resguardando para si de mantener si fuera necesario por motivos estratégicos la mayoría accionaria y el derecho de decisión
Cambios fundamentales en la forma de elegir Jueces de la corte suprema y la duración de los mismos
Limitación a beneficios y prebendas a legisladores y exigencia de presentismo y participación en comisiones y proyectos
Cambio de gobierno en el medio del periodo financiero debiendo el nuevo gobierno , comenzar con el presupuesto acordado por el previo
Mayor control y debate popular vía consultas o plebiscito para la contracción de deudas con el exterior cuando excedan cierta cantidad p ej 1 billón de U$S
Total control y responsabilidad legal y explicación , rendición de cuenta al publico de el destino de cada peso en el uso de estas deudas o de el dinero proveniente de venta de bienes de patrimonio nacional.
Limitación a los cambios drásticos de beneficios sociales , subsidios y planes de ayuda familiares.